martes, 19 de julio de 2011

El monstruo de Capuchinos


En el verano de 1968, ocurrio un acontecimiento que cambio para siempre la vida de Trinidad, vecina del malagueño barrio de Capuchinos. Sobre la medianoche, estaba haciendo tareas cotidianas en su casa, cuidando también de la hija pequeña de una vecina, cuando tuvo que coger algo en la despensa, que estaba junto a un patio, y se quedo estupefacta, al encontrarse a un monstruo de aspecto parecido a un gran simio. Al chillar ella, el monstruo se puso en pie y levanto sus manos, intentando atacar a Trinidad.  Ella salio corriendo dando grandes gritos por el pasillo de su casa para proteger a la pequeña. Presa de un ataque de nervios, solo chillaba sin poder articular palabra alguna.
Sus gritos pudo escucharlo su vecino Jose, que era guardia urbano. Se asomo para ver que ocurría  y pudo ver al monstruo como saltaba un muro de unos siete metros de alto, y se alejaba saltando entre los tejados del vecindario. Jose se subió a los tejados y pudo contemplarlo, le extraño la enorme velocidad con la que se movía por los tejados, y desapareció ante sus ojos. La policía acudió a la llamada de auxilio de su compañero Jose, y quedaron atónitos ante la historia que le contaba Trinidad y que ratificaba el agente Jose.
El monstruo que vio Trinidad tenia la altura aproximada de un metro, mucho pelo de color marrón, una cabeza de tamaño grande, desproporcionada para su cuerpo, y unos ojos muy saltones y brillantes.

En la comunidad de vecinos, vivían 14 familias que salieron intranquilas ante lo sucedido, y varias mujeres tuvieron que llamar a la autoridades para que atendieran a Trinidad que estaba presa de una crisis nerviosa. Fue ingresada en un hospital.

En pocos dias la prensa local se hizo eco de lo sucedido, y numerosas personas se acercaron de todas partes, para intentar ver al Monstruo de Capuchinos, lo intentaban buscar de noche con linternas por los tejados del barrio.  Jose, el guardia urbano, recordó que un mes antes de la aparición del extraño monstruo, estuvo escuchando golpes fuertes en el tejado de su vivienda, pensó después que quizá tuvieran alguna relación con el monstruo. Otro niño, que entonces contaba con 11 años, vivia con su abuela en el mismo inmueble y comentaba "Ese ser extraño derribo un muro de unos cinco metros de altura, yo vivia en esa casa, mi abuela lo vió, yo dormia porque era de noche, pero aquel estruendo nos desperto, todo era polvareda del mismo derrumbe, ese ser extraño dejo pelos entre los cascotes. La policia por aquel entonces no daba credito a lo sucedido, no sabia como actuar. En los dias posteriores se descubrieron en los sobretechos butrones con restos de comidas y mucho pelo suelto hecho marañas. Recuerdo todo aquello con mucho miedo". Hoy ese niño tiene 56 años y lo contaba con estas palabras. Pasaron varios meses y todo se olvido, del monstruo nada mas se supo, aunque Trinidad recordó aquello hasta el día en que falleció.

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